Un camino trazado para ti
Y habrá allí calzada y camino… El que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. Isaías 35:8
Conoce tu destino
Conocer nuestro destino es lo primero que debemos hacer para andar por el camino de la vida. ¿Sería lo lógico, o no? Cuando somos niños nuestros padres nos llevaban de la mano porque ellos debían señalar el camino que debemos tomar para nuestro bien. Luego, con su ejemplo, nos enseñaban cómo continuar nuestro camino solos.
Ya estábamos formados y empoderados con las herramientas necesarias para la vida. Lamentablemente algunos no lo pudieron hacer con sus hijos. Posiblemente, sus propios padres le fallaron en el intento. Otros tomaron decisiones que lo apartaron del camino, tal vez por múltiples razones o situaciones.
Los autos modernos tienen un espectacular monitor que nos ayuda a hacer el viaje más placentero y seguro. Desde obtener la música preferida hasta lograr comunicación con quien necesites son algunas de sus características y no necesitas tomar el celular en tus manos. Para mí lo mejor que tiene ese monitor es que me diagrama un mapa hacia dónde me voy a dirigir, los minutos que he de tardar y los percances que puedo encontrar en el camino para que esté alerta.
Escoge lo mejor
Confiamos plenamente en las instrucciones que nos da el monitor del auto para proseguir el camino que nos llevará a nuestro destino. Naturalmente le debemos indicar a nuestro «acompañante» cuál va a ser nuestro destino o a cuál destino deseamos llegar. Así que no basta con conocer nuestro destino también debemos identificar el camino más seguro y también el mejor vehículo.
Dios tiene un camino trazado para ti. Él conoce tu destino. Él nos creó para vivir eternamente en su amistad. Con Él, el trayecto se hace más placentero y podremos soslayar cada tropiezo y superarlo. Sin embargo, no hemos colocado nuestra confianza en Él, así como lo hacemos con el auto que guiamos. Confiamos en nuestros propios argumentos sobre la manera de llegar a nuestro destino final.
Cuando viajo en un avión, me pregunto: ¿Cómo todos estos pasajeros confían que llegarán a su destino en un aparato que pesa tanto y que se mantiene en el aire con un sistema que puede fallar? ¿Cómo confían en el piloto de la nave si ni siquiera lo conocen?
Confia
¿Puedes confiar de igual manera en tu Padre Eterno? Él le otorgo sabiduría al ser humano para inventar tanto el auto con su “GPS” y el avión para trasladarnos de un lugar a otro. Sin embargo, ni el uno ni el otro nos ofrece una perfecta seguridad de que llegaremos al lugar escogido.
El trayecto de la vida es el más largo qué caminarás. Dios conoce tu propósito de vida. Nunca tomes atajos. Él sabe de antemano que tomarás decisiones que te pesarán. No estás solo mientras caminas. El desea tomarte de su mano. Él te ha señalado el camino más seguro, el Camino de la vida. Jesús dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6).
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