Permanecer es el compromiso del amor

Helga Seda

Publicado:02/09/2021
libertad

El compromiso del amor es permanecer

el amor regalo de dios

El amor es celebrado en todas las partes del globo terráqueo. Te invito a celebrarlo conmigo.  Nos gusta amar y sentir que nos aman. Ciertamente el amor es un regalo de Dios a la humanidad. El motivo de este regalo es que Dios es amor. La Escritura declara que Dios es amor (1 Juan 8.4). También expresa que el que no ama no ha conocido a Dios, y no es de Dios.  Dios desea que recibas su regalo.

Es de todos conocido que el universo fue creado por la Palabra de Dios. Él dijo: Hágase y fue hecho. Sin embargo, a diferencia de todo el resto de la creación Dios creó a la primera pareja en forma única. ¿Por qué puedo decirlo? Porque formó al hombre y la mujer con sus propias manos. Lo formo con los más excelentes elementos de la tierra. Los creó a su imagen y semejanza (Génesis 1.27; 2.7). Por ello Dios ama a su máxima creación: el ser humano. Tú y yo. Dios se comprometió a amarnos.

Así que el amor es un atributo de Dios impartido al ser humano al inicio de su creación.  No podemos escapar de él. Ésta es la razón por la que el amor es necesario para la vida humana.  Adan participó de inmediato del amor y cuidado de Dios.  Por amor a Adan le trajo una ayuda idónea para que nunca se sintiera solo. Adán se comprometió con Eva de inmediato que fue presentada a él por el mismo Dios (Génesis 2.23,24).

la resiliencia es la marca del amor

El amor tiene dos marcas muy particulares que son la permanencia y la resiliencia. La permanencia es el cemento que une las relaciones.  Sin embargo, el amor es probado.  Lo primero que se le requirió a la primera pareja fue permanecer fieles a Dios. La permanencia se logra con el compromiso, la confianza y la resistencia.  La resiliencia es el resultado del cultivo del amor.  La fidelidad  entre una pareja cuesta esfuerzo y dedicación.

Cada día se comprueba que el compromiso es una palabra que está en desuso en el mundo contemporáneo. A menudo se usa para las transacciones comerciales porque existen intereses materiales. Pero, aunque parezca anticuado, el matrimonio es un compromiso de amor. Es también, un pacto legal que se establece para vivir con la persona que amamos “hasta que la muerte nos separe”.  Vale la pena cuando decides comprometerte a amar.

No obstante, debido (en muchas ocasiones) a la falta de compromiso, el matrimonio se anula cada vez con mayor frecuencia. Muchos jóvenes en nuestros días han optado por vivir en “pareja”. Esto les “alivia” el peso del compromiso. Les provee un sentimiento falso de libertad. Cuando las cosas no resultan como esperaban pueden escapar de inmediato. Esta falta de compromiso no se parece en nada al verdadero amor. Donde no hay resistencia el amor no existe.  Te invito a resistir.

Amar es una decisión. Esta decisión conlleva responsabilidad. No establece condiciones. Para que una familia permanezca deberá cada miembro tomar la decisión de amar incondicionalmente. El amor no destruye, construye. No mata, restaura. No separa, une. Decide construir. Decide restaurar. Decide unir.  Decide amar. El amor tiene la cualidad de ser resiliente. La resiliencia es la capacidad de sobreponernos a las situaciones adversas.

el amor perfecto

La descripción más perfecta del amor fue escrita por el apóstol Pablo y se encuentra en el capítulo 13 en la primera carta a los Corintios. Esta es la perfecta descripción de lo que es el amor.  Sin embargo, nunca se comparará con el amor infinito de Jesucristo el Hijo de Dios .  Él mostró su perfecto amor al darse en la cruz por salvarnos a todos a pesar de que no lo merecemos. Jesucristo es el perfecto amor que tiene el poder de dirigir la vida humana al amor comprometido.  El pegamento para solidificar la vida conyugal y familiar se encuentra en Jesucristo.

Les presento mi poema sobre el amor matrimonial. Un regalo para los que celebran el amor conyugal como un regalo de Dios que excede por mucho al amor eros. Se intitula: Te digo que te amaré.

Te digo que te amaré

Como te he amado, mi cielo,

desde un tiempo de ilusión,

cuando juntos caminamos

de la mano muy unidos.

Mis ojos en los tuyos perdidos

no mirando los abrojos

ni piedras en el camino.

Pensando en ti no dormía.

Al no verte, entristecía.

En ti, defecto no había,

certeza del tiempo perdía.

Al tiempo, nos arropó

los lazos del compromiso,

y un dulce deseo surgió

para siempre estar contigo,

serenamente abrazarte,

y establecer nuestro nido.

El tiempo de compartir

los planes, las ilusiones,

nuestros recursos habidos

y disfrutar nuestros dones.

Llegó el tiempo de criar,

para reír entre niños

que corren, gritan y juegan

y de delicias nos llenan.

Mientras, las sorpresas llegan.

Nadie espera lo que pasa.

Jesús en su infinita gracia

de sabiduría nos llena

porque en ellos nos entrega

el fruto de nuestro amor.

Te amaré en la tempestad

donde momentos oscuros

nos quieren debilitar.

Mas conectados en Dios,

nuestro amor,

sobrepasa cada día,

el coraje y el dolor;

pues la luz de un nuevo día

trae con él la esperanza,

con ella Jesús nos abraza

y hecha afuera el temor.

En tiempo de la escasez,

te digo que te amaré.

y esperaremos con fe

de Su mano la abundancia.

Jesús nos llamó para ser

de la vida mayordomos

que Él nos entregó todo

para compartir con fe.

Te amaré aun todavía

en tiempo de grato descanso

donde contigo le canto

al Dios que bendito ha estado

con su bien desparramado

y el silbido apacible

de su Espíritu que calma

afán de la vida, y todo.

Continuaré amándote al tiempo

que al crepúsculo contemplo,

y muy cercano percibo

de la aurora el reflejo.

Quizás solo queda uno,

y aqueste humano dolor,

se esfumará poco a poco,

cubierto por la esperanza

que nos dejó el Salvador.

Mientras tanto, te amaré,

proclamando la grandeza

de Aquél que nos amó tanto,

Que sufrió nuestros dolores

y nos llenó con amores

para darlo al quebrantado

y mostrarle que en Su cruz,

para ellos hay perdón.

Te digo que te amaré.

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